- 5 marzo, 2020
- Posted by: Grupo Minimal
- Categoría: Arquitectura

“Dios está en los detalles”, con ese aforismo detallaba Ludwig Mies van der Rohe la estética de sus obras, unas que se centran exclusivamente en los elementos esenciales.
El pensamiento del arquitecto nacido en Alemania es uno de los ejes que adoptó el llamado minimalismo, una tendencia arquitectónica influenciada por las corrientes artísticas que surgieron como resultado de los cambios sociales y estéticos que dejó la Segunda Guerra Mundial.
Según la Enciclopedia Británica, el minimalismo es la culminación de las tendencias reduccionistas en el arte moderno que surgieron a inicios del siglo XX con las composiciones del pintor ruso Kasimir Malevich, esas en las que únicamente plasmó un cuadro negro sobre una superficie blanca.
Jóvenes pintores como Jack Youngerman, Ellsworth Kelly, Frank Stella, Kenneth Noland, Al Held, Gene Davis, entre otros, intentaron crear un movimiento en contra del llamado “action painting”, esa rama del expresionismo abstracto que se basaba en trazos intuitivos y espontáneos que predominaron en el arte americano desde la primera década del siglo pasado hasta muy entrados los años cincuentas.
Este grupo de artistas argumentaba que era necesario que una obra de arte no se refiriera a nada más que a la obra en sí, sin asociarse a otro punto de vista más que a ella misma. Así evitaron utilizar ninguna otra asociación visual y adoptaron trazos y formas simples, lineales, para enfatizar dos dimensiones. Con esto, pensaban, el espectador lograría una respuesta inmediata y pura de la obra.
En 1965, Richard Wollheim acuñó el término “Minimalismo” en su ensayo Minimal Art. El afamado crítico de arte británico, no se refería en realidad a los nuevos artistas, a los que pronto se llamaría minimalistas sino a las pinturas monocromáticas y a la utilización que Marcel Duchamp hacía de objetos ordinarios, como el famoso urinario, que presentaba como arte.
Los distintivos de esta tendencia artística incluyeron formas geométricas, casi siempre cúbicas que generan metáforas, balance en su composición, repeticiones, superficies neutras y materiales industriales.
El minimalismo en la arquitectura
Los vertiginosos cambios sociales y culturales en el transcurso del siglo XX hicieron que el minimalismo se convirtiera en una opción real en la arquitectura moderna.
Aunque en la práctica ya se utilizaban algunas ideas como la
simplicidad en su concepto y la reducción de sus elementos, los primeros
arquitectos que propusieron obras minimalistas se basaron en la
tradición de la construcción japonesa donde la estructura se reduce a
sus elementos necesarios.
También los artistas del movimiento llamado De Stijl,
el movimiento integrador del arte, contribuyeron a la expansión de ideas
como la organización de elementos básicos como líneas y planos de
manera muy particular.
El boom del minimalismo en la arquitectura se dio en la década de los ochenta, sobre todo en Londres y Nueva York. Por entonces, muchos de los arquitectos que comenzaron a experimentar con esta tendencia lo hicieron para salir del caos que habían dejado las vertiginosas tendencias del siglo XX.
El minimalismo, dicen los profesores Michael Ostwald y Josephine Vaughan en su artículo The Fractal Dimension of Architecture. Mathematics and the Built Environment se utilizó como una forma de escapar del caos de la vida urbana, “de la sofocante presencia del tráfico, la publicidad, los enormes edificios y la imposición de anchas avenidas”.
Así, arquitectos como Kazuyo Sejima, Luis Barragán, Álvaro Siza Vieira, John Pawson, Eduardo Souto de Moura, Tadao Ando o Alberto Campo Baeza crearon obras alrededor del mundo que “desnudan todo hasta sus elementos esenciales logrando la simplicidad”, según describe Franco Bertoni en su libro Diseño Minimalista. Aunque, como asegura Quim Rossell, “la idea de Minimalismo no está completa sin la ornamentación” que acompaña a la arquitectura.
Sin importar si se trata de pintura, música o arquitectura, el minimalismo se refiere a la importancia de los detalles esenciales de una obra o, lo que es lo mismo “Menos es más”, como también sostuvo en algún momento Ludwig Mies van der Rohe.